Cambiar a barefoot no te lesiona, te expone

¿Te acuerdas del chicle pegado bajo la mesa del colegio?

Era raro encontrar una mesa limpia.
Y lo peor no era tocarlo.
Era saber que eso se quedaba ahí para siempre.
Estaba duro como una piedra.

Pues en el mundo del calzado barefoot pasa algo muy parecido.

Hay una idea que se ha quedado pegada como ese chicle:

“El calzado barefoot lesiona”.

Y claro, cuando algo se repite mucho, aunque sea una media verdad mal contada, acaba pareciendo una verdad completa.

Pero lo cierto es que incluso a la gente que se lesiona al cambiar a calzado barefoot, el cambio le va bien.

Y mucho.

Verás.

El barefoot llegó a muchas vidas como zapatilla para correr.
Y ahí empezó el lío.

Personas que llevaban 10, 15 o 20 años corriendo con:
amortiguación,
drop,
estructuras que hacían el trabajo por el pie…

De repente se pusieron algo que:
no corregía,
no protegía,
no interfería.

Y pretendieron seguir igual:
igual de rápido,
igual de lejos,
igual de intenso.

¿Resultado?

No fue bien.

Lo explico siempre con el mismo ejemplo.

El primer día que pisas un gimnasio no te metes 100 kilos en una sentadilla. Si lo haces, no eres valiente.
Eres candidato a lesión.

Con los pies pasa exactamente lo mismo.

Lo mínimo: agujetas salvajes en sóleo y gemelos.
Lo máximo: fracturas por estrés o una tendinitis del Aquiles.

A mi amigo Rafi le pasó.
Y no culpó a las zapatillas.

Tenía claro que había ido más rápido de lo que su cuerpo podía asumir.

En aquella época repetíamos una frase:
Too much, too fast.
Demasiado. Demasiado rápido.

Rafi se recuperó.
Y siguió usando calzado barefoot.

Pero esta vez dándole tiempo.

Porque el cuerpo no es frágil.
Pero sí necesita adaptación.

Y aquí viene la parte que casi nadie cuenta.

¿Por qué incluso si te lesionas, el cambio sigue siendo positivo?

Porque por primera vez no llevas algo que va contra tu anatomía.

Llevas algo que deja trabajar a tus pies.

Que despierta tu musculatura.

Que fortalece tus huesos.

Que devuelve a tu cuerpo funciones que habías olvidado.

Con amortiguación puedes esconder problemas durante años.
Con calzado barefoot no.

Te muestra la realidad.
Y eso, aunque escueza, vale oro.

Porque has descubierto un calzado que te deja moverte mejor, correr mejor, saltar mejor…

Por eso, incluso una mala experiencia inicial suma.

Porque sales con un cuerpo más fuerte y más consciente.

Y si quieres empezar a correr bien aquí va mi recomendación.

Estas zapatillas tienen todo lo bueno que se habla, y se hablará, del calzado barefoot, pero con una suela suficiente para proteger mientras te adaptas.

10mm de grosor y plantilla extraíble.

Para que no tengas que empezar tan cerca del suelo.

Sintiendo, sí, pero protegido.

• Para ella

• Para él

Empieza.

Escucha.

Y deja que tus pies vuelvan a hacer lo que siempre supieron hacer.

Efectiviwonder

La salud empieza en tus pies.

Antonio Caballo.