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Me quiere o no me quiere

Me quiere o no me quiere

Con este título pensarás que estoy deshojando una margarita o que hoy va de sentimientos.

Puede que sí.

O puede que no.

Aunque mirando alrededor, es cierto que estamos, y me incluyo, más sensibles.

Ya sea por el clima. Invierno y melancolía son palabras que suelen ir juntas.
Ya sea por la actualidad. Qué te voy a contar que no sepas.
O por el devenir de la vida. La misma que te hace disfrutar y sufrir a partes iguales.

Pero no va de sentimientos, sino de una prueba (y tan simple) como que vuelvas a ponerte el calzado menos minimalista que tengas.

El de más tacón, más estrecho y más rígido.

Para que experimentes de nuevo, cómo se sentían antes tus pies.

Sólo eso, sentir. Sin hacer nada más.

En mi caso, he rescatado unas botas de montaña del fondo del armario.

Pensé que las había tirado, pero ahí estaban.

Impermeables y con suela Vibram.

Robustas como un algarrobo.



Y con tan sólo 820 gramos por bota.

El par 1,64 kilos.

¡Casi un kilo por pie!

El "peso pesado" del calzado.

Si poner 50 gramos ya afecta a los movimientos del pie, imagina 1000 gramos.
 
Sólo con esto es para echarse a llorar (al final este artículo si tiene que ver con los sentimientos)
 
Una mochila de 2 kilos en la espalda pesa, imagínate en los pies.

Me sentía torpe.

Andaba como si estuviera montado en dos zancos.

¿Conoces el juego de niños de montarse en dos latas atadas con cuerdas?

Así me sentía, pero en lugar de latas, estaba subido en dos botas. Hasta hacía el mismo ruido al andar.

Por supuesto, con tanta bota mi pie no se adaptaba al suelo y los dedos estaban atrapados, no podía moverlos.

Y al andar el tobillo prácticamente no trabajaba, no se movía. Apenas había flexión al caminar.

Y esto es muy grave:

Al avanzar hacia adelante, si tu tobillo no flexiona, tu rodilla girará hacia el interior para permitir la marcha.

Con el tiempo este giro puede derivar en un daño lateral del menisco, justo hacia donde se desplaza la rodilla.

Y además estás más expuesto a sufrir un esguince.

Todo por utilizar un calzado inapropiado.

Aunque sólo me puse las botas un rato, mis sensaciones fueron una m…. malas.

Dicen que no hay mejor medicina para apreciar lo que posees, que no tenerlo.

El desapego hace el apego.

En el amor.
En la familia.
En los zapatos.

¡Y qué razón tienen!

Y en tu caso, ¿qué has sentido con ese calzado que tenías guardado por casa?

¿Te has atrevido a probar?

Si realmente quieres sentir por donde pisas y proteger a tu tobillo de un esguince, dos alternativas.

Ambas con la suela más sensitiva del mercado y a prueba de pinchazos:

En zapatos: Ra II Vivobarefoot

En botas bajas: Gobi II Vivobarefoot

Publicado el 05/02/2021 por @CorrerDescalzos 2 3585

2 Comentarios

  • Sergio Vázquez Pozo

    Sergio Vázquez 09/02/2021

    Que bueno!!!
  • Pedro Carlos GIL CÁRDABA

    Pedro Carlos 07/02/2021

    Muy buenas siempre estas reflexiones !!!☺

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