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¿Cómo sería tu vida si a los 44 no pudieras andar?

¿Cómo sería tu vida si a los 44 no pudieras andar?

Lo que contó Pedro le puede pasar a cualquiera, pero espero que a ti no te pase.

Yo lo pasé mal por las lesiones, pero lo de este hombre se lleva la palma.

Antes de empezar con lo de Pedro, ¿sabes por causalidad el número de bajas laborales por culpa de los zapatos?

No sé el número exacto, pero me da que son muchas. Además de que los problemas en los pies, a veces son el origen de lesiones en las rodillas, las caderas y la espalda.

Lo de Pedro.

Ocurrió en una mañana de 2018. Ese día le cambió la vida para siempre.

Había dormido bien, nada diferente a una noche cualquiera, pero cuando puso el pie en el suelo se dio cuenta que no podía moverlo.

Sentado en la cama se quedó inmóvil, sin saber qué hacer.

Sólo tenía 44 años y no podía entender por qué su tobillo no se movía.

Durante toda su vida el deporte había ocupado un lugar importante. Había jugado al fútbol de niño, con las típicas botas duras y estrechas. De adolescente siguió activo. Y cuando formó una familia, practicaba atletismo y competía en media maratones, usando las típicas zapatillas amortiguadas.

Sin embargo, esa mañana no podía poner el pie en el suelo y sentía mucho dolor.  

Se fue a urgencias como pudo y aunque no tenía inflamación y no se lo había torcido, se lo trataron como si fuera un esguince. Le mandaron 15 días de reposo y antiinflamatorios.

Poco a poco empezó a moverse, pero no estaba recuperado y la cosa empeoró.

El otro tobillo también se le quedó inmóvil. ¡Hasta los calcetines le molestaban!

Llegado a ese punto, empezó su particular infierno.

De baja laboral, sin poder hacer ni las labores de casa, la depresión no tardó en llegar.

Para la sanidad pública siempre fue un caso extraño: Que si un cuadro reumático, que si artrosis,…pasó por distintas especialidades sin que nadie le dijera nada claro.

En lo privado, más de lo mismo: médicos, traumatólogos deportivos, podólogos, estudios de la pisada….

Dice con burla que si reciclara todas las plantillas que le habían hecho, podía asfaltar la autovía Granada-Sevilla.

No entendía nada, y los meses y los años pasaron.

Con el tiempo pudo caminar con “cierta normalidad”, pero nunca pudo volver a correr.

Esa sensación de frustración, de no poder hacer algo tan nuestro, tan humano… no la superó nunca.

Él, una persona activa, que se consideraba sana, que siempre había practicado deporte, no podía echar ni una "carrerita".

Se sentía atrapado, como si hubiera caído en un profundo pozo, hondo y oscuro.

Un día ve por instagram que hay gente que anda, correr y practican deporte con lo mínimo en los pies. Usan un calzado al que llaman minimalista y algunos incluso van descalzos.  

¿Cómo es posible? ¿Cómo pueden correr con suelas de pocos milímetros y yo no puedo ni andar?, se preguntaba Pedro.

Al abrir su armario se dio cuenta que todo su calzado era estrecho, acabado en punta, con elevación en el tacón.

Vans, Nike, Adidas, Converse….su zapatero estaba lleno de las zapatillas de moda de la época.

¿Y si es el calzado la causa de mi desgracia? Con eso en mente, Pedro visita a un traumatólogo que medio lo entiende, y le diagnostica una tendinitis del tibial posterior y de los extensores de ambos pies.

Y le hace la pregunta que Pedro considera clave:

"¿Qué tipo de calzado llevas en casa?"

Pedro le contesta que desde hace unos días no lleva ninguno, que en casa está descalzo.

Y el traumatólogo, lejos de desaprobar su actuación, le confirmó que esa es la mejor terapia para su recuperación.

“Tienes que dejar que tus pies y su musculatura vuelvan a su orígenes, cuando nada externo le interfería en sus movimientos.”

Al tiempo Pedro dejó de sentir dolor y pudo caminar con normalidad. Renovó todo su calzado, y lo de correr, bueno, lo de correr está en proceso.

Unas botitas que Pedro utilizó mucho en su recuperación son las Vivobarefoot Gobi, ya que son anchas, muy flexibles y no estruja tus pies ni desvía a tus dedos gordos.

Por supuesto son planas y no presentan ningún tipo de refuerzos, para no limitar el movimiento de tus tobillos.

Para este invierno han sacado una versión forradas en borreguito. Cuando te las pones es como si estuvieras leyendo un buen libro frente a una chimenea.

Calidez y calma.

Para mujer: Gobi III winter

Para hombre: Gobi III winter

Para niños sin borreguito: Gobi Addis


Tu salud, y la de Pedro, empieza en los pies.

Antonio Caballo.

Publicado el 28/01/2023 por @antonio.caballo Lesiones de corredores,..., Torcedura de pies,..., Problemas de circulación y... 0 2319

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