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Cuando un cliente se hace un Lío

Cuando un cliente se hace un Lío

Hoy te voy a contar lo que se cuece en Zami, donde cada día es una historia en sí misma.

Por un lado, están los clientes que llegan con problemas serios en los pies, buscando algo que realmente les alivie y les permita caminar sin sentir cada paso como un suplicio. Cuando les encuentras ese par perfecto y ves cómo se les ilumina la cara, te sientes genial, como si hubieras hecho algo grande, como un héroe sin capa.

Pero no todo es tan sencillo.

Porque también te topas con los indecisos. Estos son los que te hacen sudar. No saben si quieren los zapatos en rojo, en azul, de cuero o de tela, y te hacen sacar todas las cajas del almacén.

Ya sé que cada cliente es un mundo, que de todos se aprende algo, incluso de los que te hacen bailar más de la cuenta, pero amigo, algunos son más pesados que una vaca en brazo.

Te cuento lo que pasó.

Miguel, (en adelante "er tío") entra buscando unas botas de senderismo para hacer el Camino de Santiago en mayo. Quiere disfrutar de la experiencia, no sufrirla.

Así que le saco tres pepinos de Xero que son como ir en botines: Daylite, Scrambler y Excursión.

Se prueba los tres modelos en su talla, camina por la tienda, se mira al espejo… y justo cuando creía que se iba a decidir, va y me suelta:

“¿Y de piel qué?”, porque según él, la piel es más resistente.

Entonces le saco varios modelos en piel: Tracker Forest, Magna Trail, Tracker II. Y comienza el interrogatorio:

“¿Qué es mejor, la malla o la piel?” - pregunta.

"Con la malla el pie transpira mejor y en mayo hace calor, por lo que se te van a cocer los pies y con el roce te puedes llevar de recuerdo unas ampollas. Aunque la piel es más resistente y suelen durar más.” - le explico.

“Y si llueve, ¿qué es mejor?” - pregunta.

“Para la lluvia la piel es mejor, pero en mayo si te llueve, será un día, ¿no?” - le indico.

Imagínatelo, viernes por la tarde, sobre las ocho, ya llevamos hora y media, cajas por todos lados, aquello parecía un campo de minas. Un desmadre.

Y de repente, er tío tiene una revelación, y me suelta: “¿Y una sandalia, qué?”

Mira, me entró una cosa por dentro, que no sabía ni para donde mirar. Mi cara, un poema.

No sabía si mandarlo a tomar una cerveza a la plaza del pueblo para que refrescara sus ideas, o dejarlo allí y tomármela yo.

Así que le digo: “Miguel, ¿no querías unas botas minimalista que transpiren? Pues las que te probaste al principio son las mejores. No pesan, tienes espacio para tus dedos y te protegen, que de noche en Galicia, refresca.”


Y ese es nuestro día a día. Una mezcla entre gratitud, por aquellos momentos en los que podemos ver el alivio y la satisfacción en los rostros de nuestros clientes, y la desesperanza con aquellos que, incluso viéndolo, no saben lo que quieren.

Pero así son las cosas. Cada cliente nos enseña algo nuevo, y nos refuerza en nuestra misión de proporcionar el calzado y el asesoramiento que cada paso requiere.

Porque al final del día, lo que realmente cuenta es encontrar esa solución que convierte un simple par de zapatos en una parte esencial de la vida de alguien. De tu vida.

Y si después de todo, nuestro amigo Miguel y tú queréis ir más fresco que una lechuga, échale un ojo a las nuevas Zauris: Gaia, Ulises, Helena.

Que sepas que con estas sandalias casi haces el Camino o cuando tus pies te pidan descanso, serán ese fresco alivio para que al día siguiente se hayan recuperado al completo.

No lo dejes pasar, porque hasta el 10 de mayo, te llevas estas maravillas con un descuentazo.

Así que sí, la salud empieza en tus pies, y la inteligencia, en aprovechar esta oportunidad.

Antonio Caballo

Pd. No digas que no te lo dije: el 10 mayo a las 23:59 suben de precio.

Publicado el 27/04/2024 por @antonio.caballo Dedos en garra, dedos..., Problemas de circulación y... 2434

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