¿Sufres de Pies Cavos? Esto es lo que Necesitas Saber

Abrir un email tuyo y leer cómo el barefoot ha cambiado tu vida me llena de energía.

Estos mensajes son parte de mi motor diario y me recuerdan por qué un día fundé ZaMi: mejorar tu salud a través del calzado y transformar la industria del calzado.

Pero, ojo, que nada de esto sería posible sin mi equipo, ese grupo de cracks que día tras día ponen toda su pasión y esfuerzo para que ZaMi sea lo que es hoy.

El último mensaje ha sido de Roberto, que dice que a sus 52 años ha visto una mejora notable en sus pies cavos tras dejar las plantillas, hacer ejercicios para los pies y pasar tiempo descalzo.

Él mismo ha visto que descalzo es como mejor se siente.

Por eso busca unas zapatillas para usarla el máximo tiempo posible: andar por su barrio, por caminos y para todo lo que hace en su día a día.

Termina diciendo: "Solo pienso en la salud de mi pie".

Bien, hablemos de los pies cavos o con un arco plantar pronunciado.

Un problema tan común, como quedarse sin batería en el móvil.

El arco de tu pie no es una estructura rígida, sino que se adapta y cambia su forma con cada paso.

Cuando caminas, el arco se aplana y luego recupera su forma original, como si fuera un muelle en movimiento constante.

Pero, ¿qué pasa cuando no tienes espacio dentro del zapato?

Que tu arco no se puede aplanar, por lo que siempre está en la misma posición.

Espacio.

Es todo lo que necesitas.

A lo largo y a lo ancho.

Yavestruz, ¡qué cosa!

Lo vuelvo a repetir, por su importancia.

Si tus zapatos no te dan suficiente espacio, tus dedos no pueden abrirse a cada paso, el arco se queda fijo y tus pies se vuelven rígidos, como las pezuñas de un caballo.

¿El resultado? Tu pisada se endurece, y solo apoyas en dos puntos: el talón y el centro de los dedos.

Esto acarrea problemas como síndrome de Haglund, metatarsalgia, espolón, neuroma de Morton, fascitis plantar, dedos en garra, tendinitis del Aquiles... una lista de horrores que nadie debería sufrir.

Tú tampoco.

Por eso, es fundamental que uses un calzado adecuado.

Roberto ya lo sabe y las zapatillas que se llevó te la he mostrado otras veces (Lems Chillum) por eso hoy te voy a hablar de unas zapatillas casi idénticas, con una diferencia, no tienen cordones.

Son las nuevas Lems Laguna y Drifter.

Imagina un calzado que sientas como una prolongación de tu cuerpo, permitiendo que tus pies se expandan y respiren con si estuvieras en la orilla del mar. Y con una suela con el grosor justo, que te protege del terreno sin aislarte de la experiencia sensorial.

Como si fuera una suave alfombra.

Por supuesto son planas para que las zapatillas actúen como una brújula que mantiene tu talón y tus dedos al mismo nivel, guiando tu columna hacia una postura más natural y equilibrada.

Y multiuso, como le gustan a Roberto, para que puedas pasar del carrito de la compra al gimnasio, sin necesidad de cambiar de zapatos.

Todo eso son las Lems Laguna y Drifter.

Efectiviwonder.

“Solo pienso en la salud del pie”

Antonio Caballo