Cómo un dolor de rodilla tiene más que ver con tus zapatillas que con tu edad

Si te duelen las rodillas, esto te interesa.

Mucho.

Más de lo que imaginas.

Porque igual estás cometiendo el mismo error. Y lo peor, que ni siquiera lo sabes.

Verás.

Fue el pasado lunes, en una terraza, mientras tomaba el café que me devolvía a la vida.

Y entonces aparece.
Bajando la rampa de la puerta. A paso lento.

Copita de anís en mano.

Mi mesa era la más cercana a la puerta del bar. Me pide permiso y se deja caer en la silla de al lado.

Suspira fuerte.

La entrada a la terraza tiene una rampita para carritos. Corta, no llega al metro.

Pero verlo bajarla fue como ver a un alpinista en su último aliento.

Se agarra la rodilla, frunce el ceño y suelta mientras se enciende un cigarrillo:

- Esta cuesta inclinada, no vea…

Lo dijo con cara de sufrimiento.

Y puede ser por la edad.

O por el anís.

O por el cigarrillo.

Seguramente todo afecta.

Pero cuando miré a sus pies lo vi claro.

Llevaba unas zapatillas que a simple vista parecían cómodas, de esas con nombre inglés y marketing de manual.

Pero si te fijabas bien… era una cárcel con cordones.

Strechas.

Los dedos se le amontonaban, como si hicieran trenzas entre ellos.

Y sin espacio para que sus dedos se abran es muy difícil tener estabilidad.
Y lo que más deseaba su rodilla era eso: estabilidad.

Con otras palabras:
Si tus pies no son la base estable donde asentar tu cuerpo, todo lo que hay por encima tiene la fragilidad de un castillo de naipes.
Un simple soplido te deja en el suelo.

Como aquel hombre y sus zapatillas Streches.

Y te cuento esto, porque ahora todo el mundo se sube al carro del calzado barefoot.

Todo el mundo quiere venderte un par, aunque no tenga ni pajolera idea de lo que está vendiendo.

Que si barefoot en el Aldi, barefoot en Lidl… hasta en el Zara.

Todo es calzado barefoot. Todo es natural. Todo te promete pies fuertes, columna recta y conexión con la madre tierra.

Yavestruz, la mayoría de esos zapatos están diseñados por gente que no ha sentido una piedra bajo el metatarso en su vida.

Fabrican cosas “inspiradas” en el barefoot, pero que al final no son ni lo uno ni lo otro.

El calzado barefoot no es una moda.

Es una herramienta. Y como toda herramienta, si no está bien hecha, puede hacerte más daño que beneficio.

Bien.

Verano.

Sandalias.

Barefoot.

Para que tus dedos puedan abrirse.
Para que tus pies sientan de verdad el suelo.
Y para que tus rodillas tengan esa estabilidad que les quitas cuando usas una Streches.

Diseñadas por el equipo de ZaMi.
Fabricadas en España.
Y a las que les hemos hecho muchos kilómetros.

Dicen que la experiencia es un grado.
Desde 2011 estamos diseñando y probando sandalias barefoot.

Este modelo es como una navaja suiza para tus pies, sirve para todo.
Ligeras, flexibles como una tortilla recién hecha y en piel natural, para que las sientas como una segunda piel.

Son las Zauri Ulises.

Efectiviwonder.

La salud empieza en tus pies.
Antonio Caballo.

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