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Las Zapatillas que te harán Rezar menos en el Camino de Santiago

Las Zapatillas que te harán Rezar menos en el Camino de Santiago

Realizar el Camino de Santiago es una experiencia que se queda contigo para siempre.
Es esa mezcla de reto personal, turismo alternativo y, para algunos, hasta búsqueda espiritual.

Pero, ¿sabes qué suele ocurrir?

Que muchos que lo terminan llegan con los pies hechos un desastre, llenos de ampollas, como si hubieran bailando flamenco descalzo sobre brasas.

Te conté lo que le pasó a Rubén y Vanessa (aquí y aquí), aunque lo de Carlos se lleva la palma. Su historia se parece más a una misión de supervivencia que a un viaje trascendental.

Arrancó su aventura desde Córdoba un soleado 13 de marzo, calzado con las Merrell Trail Glove 7 bajo la creencia firme de que había encontrado el santo grial para sus pies, pero te soy sincero, tenían menos kilómetros que un coche de exposición.

Y mira que Carlos estaba contento con sus Merrell; de hecho, las Trail Glove son una maravilla de zapatillas: amplias, como para que tus pies se sientan en una suite y no en un hostal compartido, y con la protección suficiente para que puedas cruzar campos de cactus sin pestañear.

El problema no estaba en las zapatillas, que para muchas batallas son más que suficientes, sino en que los pies de nuestro amigo estaban tan acostumbrados al "senderismo de oficina", que cualquier desafío se convertía en una odisea y la realidad no tardó en aparecer.

A los tres días, una ampolla en la planta de su pie derecho y a los 6 en el izquierdo.

La hinchazón, resultado de las largas jornadas de caminata, también se cobró un alto precio: las dos uñas de los dedos gordos arruinadas y un total de doce ampollas entre ambos pies.

Carlos se enfrentaba a una verdad incómoda: ni sus zapatillas, ni sus pies, estaban a la altura. El Camino Mozárabe, con su implacable combinación de asfalto, caminos de piedra y grava, exigía más de lo que sus pies podían ofrecer.

La situación alcanzó un punto crítico en Plasencia, donde, tras una visita a urgencias por las plantas de los pies destrozadas, Carlos saltó de las Merrell a las Terrex en busca de la máxima protección. Si bien estas nuevas botas curaron sus plantas, introdujeron un nuevo problema: su estrechez y su rigidez le destrozaron los dedos pequeños de ambos pies.

La odisea de Carlos continuó en Zamora, donde, finalmente, se vio forzado a parar unos días debido a una infección en un dedo y a buscar un nuevo calzado.

En definitiva, tuvo que hacer más paradas técnicas que un Fórmula 1 en Mónaco.

Este relato de los horrores no es para contarte las penurias de Carlos. Que vá.

Es para que te grabes a fuego estas dos lecciones vitales antes de lanzarte a tu propia travesía:


Tus pies necesitan estar preparados para el reto.

Si la mayor caminata que has hecho últimamente es del sofá a la nevera, amiga, tenemos trabajo por hacer. Las largas distancias del Camino de Santiago son implacables, y unos pies no acostumbrados a la actividad intensa son la receta perfecta para el desastre.

La elección del calzado es sagrada.

No importa cuánto te gusten esas zapatillas estrechas y rígidas que usas para la oficina o para salir. En el camino, necesitas aliados para tus pies: calzado ancho, flexible, y con el grosor de suela adecuado según el estado de tus pies y el terreno que te vas a encontrar.


Por eso.

Si vas a hacer el Camino, hazlo bien. No escatimes en lo que llevas en los pies, porque vas a pasar más tiempo con tus zapatillas que con tu sombra.

Y si te pasa como a Carlos, Rubén o Vanessa, no todo está perdido. La Vivobarefoot Magna Forest ESC es tu as bajo la manga.

Estas zapatillas no son el típico calzado que te vende la tienda de la esquina como "ideal para todo". No, amigo. Están diseñadas para que, en vez de maldecir cada piedra del camino, te concentres en disfrutar de la experiencia y, quién sabe, hasta encontrarte a ti mismo por el camino.

Imagínate una zapatilla que abraza tu pie como si fuera tu abuela (pero sin los pellizcos en las mejillas) y que te protege de las traicioneras piedras sin que sientas que llevas plomos en los pies.

Esa es la Magna Forest ESC.

Su suela Michelín te defiende de los elementos mientras te permite sentir por donde pisas, casi como si pudieras leer el braille con los pies. Y sí, son tan espaciosas que tus pies tendrán sitio para expandirse después de un día largo, evitando ese temido baile de San Vito que suelen hacer los dedos cuando están demasiado apretados.

Y no, esto no es vender por vender.

Es porque al volver a casa, lo que importa será la historia que contarás. Y te aseguro que preferirás contar cómo te encontraste a ti mismo, y no cuántas ampollas te esperaban al terminar el día.

No digas que no te lo dije.

La salud empieza en tus pies.

Antonio Caballo.

Podsdata: Venga, que estás a un paso de convertir ese viaje en leyenda.
Y ya sabes, si al final encuentras el sentido de la vida por el camino, me das un toque.

Publicado el 14/04/2024 por @antonio.caballo Dedos en garra, dedos..., Calzado para pies anchos o... 1 3023

1 Comentario

  • Erik Cuellar

    Erik Cuellar 15/04/2024

    Hola buen día, creo que hay algún dato más fundamental:

    1. El calcetín: para largas caminatas y terrenos variados, si siempre usas calzado, cuanto más gordo sea el calcetín mejor, en invierno y en verano. Indiferentemente de tu actividad habitual. Si andas descalzo por cualquier terreno, el calcetín es indiferente obviamente.

    2. La talla: si vas ha hacer largas caminatas, si vas a ha hacer varias jornadas seguidas, o si vas a usar un calcetín gordito, o no. La talla tiene que ser suficientemente holgada para que pueda dar cabida a las pantallas que uses, al calcetín y a todo el volumen que van a coger tus pies a lo largo de la jornada o de las jornadas, independientemente del calzado que uses, minimalista o no.

    ¡Buenas caminatas! ????

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