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La importancia de correr descalzo

La importancia de correr descalzo

La planta del pie es una de las partes del cuerpo con más terminaciones nerviosas, lo que le confiere una gran sensibilidad. Esa sensibilidad es usada para, literalmente, saber donde pisamos. El suelo nos produce unos estímulos táctiles y nuestro cuerpo reacciona a esos estímulos, muchas veces de forma refleja e instintiva. Por ejemplo: si alguna vez has pisado una piedrecita yendo descalzo habrás observado como instintivamente modificas la carga sobre el pie para minimizar el daño – si la pisas con el antepie cargas el peso en el talón y si la pisas con el talón cargas el antepie. Todo esto en milisegundos y sin pensarlo. Es un ejemplo de cómo actúan los reflejos instintivos.

La planta del pie también dispara otro reflejo que nos es realmente útil a la hora de correr. Gracias a su aparato sensorial es capaz de ‘sentir’ a la perfección la dureza del suelo y la fuerza de la pisada. De esta forma, mediante otro acto reflejo, nos hace ajustar la rigidez de los músculos de la pierna para lograr la combinación perfecta de amortiguación y estabilidad según el terreno sobre el que pisemos, la velocidad que llevemos, etc. Las piernas se convierten en el amortiguador perfecto: inteligente y adaptable, todo esto en un proceso inconsciente, en el que no tenemos ni que pensar.

Otra función más de esta sensibilidad es que somos capaces de percibir cualquier cambio en la forma de pisar. La forma en que tomamos y mantenemos el contacto con el suelo está muy influenciada por como nos movemos durante el resto del ciclo de la zancada. Por ejemplo, si pisamos con el pie muy adelantado notaremos fácilmente cómo golpeamos el suelo frenándonos, haciendo un ‘ras’ muy desagradable y que puede ser doloroso. O si impulsamos demasiado notaremos que el pie se queda atrasado y con un exceso de fuerza aplicada. O si nuestra cadencia es baja notaremos unas fuerzas de impacto demasiado grandes.

Estas son las razones por las que es conveniente correr descalzo: solo por el hecho de ir descalzo ya mejora nuestra forma de correr y además obtenemos información sobre los puntos en los que tenemos fallos. Unas zapatillas, por mínimas que sean, falsean toda esa información que nos ofrecen las plantas de los pies, y cuanto menos mínimas sean las zapatillas, más falseada está esa información. Después de todo no hemos desarrollado todo este aparato sensorial para ser capaces de notar la suavidad de la tela de nuestras Nike. Una zapatilla con mucha amortiguación hace que nuestro cuerpo se confunda y crea que está pisando sobre un terreno blando e inestable, echando a perder la reacción de los amortiguadores adaptables y confundiendo a todo nuestro sistema reflejo.

Por eso correr descalzo es la principal herramienta que tenemos para el aprendizaje y mejora de la técnica de carrera, ya que nos muestra cuales han de ser los gestos, movimientos e intensidades de una mejor técnica, la que deberíamos tener de forma natural pero hemos perdido por tantos años de sedentarismo y de llevar calzado inapropiado.

Y entonces ¿por qué tanto hablar de zapatillas?

Hay que tener claro que correr descalzo no es el fin, el fin es mejorar la forma de correr. Correr descalzo es simplemente una herramienta que nos lleva a ese fin, y cuando lo consigamos estaremos en disposición de elegir si queremos usar zapatillas y el tipo de zapatilla que más nos conviene. Y aún en el caso en que nuestra intención final sea correr descalzo siempre que se pueda (la verdad es que resulta un poco adictivo), también hay que tener claro que no siempre es posible. Hay terrenos, momentos y lugares en los que no es apropiado y entonces debemos buscar alternativas.

Y, por supuesto, la alternativa es algún tipo de calzado. Además, como hemos aprendido a usar nuestros pies de una forma libre y natural, el calzado que encontraremos más cómodo será el menos restrictivo, el que menos interfiera en la movilidad y sensibilidad de nuestros pies: las zapatillas minimalistas.

Este tipo de zapatillas son las que encontrarás en ZaMi. Las zapatillas minimalistas son las que menos restan a las ventajas de correr descalzo a la vez que nos ofrecen la protección y comodidad que necesitamos para afrontar cualquier tipo de terreno. Unos preferirán llevar el pie más protegido, otros querrán sentir más el suelo, a otros quizás les guste usar unos sandalias. Lo importante es que una vez llegados a este punto, y gracias a lo que hemos aprendido corriendo descalzos, ya tenemos criterio suficiente para saber qué es lo que necesitan nuestros pies según nuestras aptitudes y preferencias.

Ahora, lo que no sucederá será que, una vez hecha la transición, alguien vuelva a las zapatillas hiperamortiguadas.

Publicado el 20/03/2017 por @PelukoDescalzo Técnica de Carrera 9457

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