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Lo que te voy a contar sobre el familiar de una podóloga tiene su punto.
Verás.
Hace dos años entró en la tienda un cliente con dos plantillas ortopédicas distintas:
Una para el calzado del día a día, otra para el deportivo.
Dos plantillas que eran muy diferentes entre sí, porque cada zapato tenía su rigidez y su forma de obligar al pie a trabajar.
Hasta aquí, nada nuevo.
Lo curioso vino después.
A los pocos días de aquella visita recibimos una llamada de una podóloga que era familiar del clente.
Nos pedía explicaciones, porque decía que nosotros le habíamos dicho que dejara de usar las plantillas.
A ver.
Desde el principio he tenido tres cosas muy claras.
Tres cosas que siempre he transmitido a mis clientes, amigos y compañeros de ZaMi:
Primero. Cambia a un calzado amplio, flexible, plano y donde el pie pueda moverse. Y si usas plantillas, úsalas dentro de este calzado.
Segundo. Prueba pequeños ratos sin ellas. En casa, la oficina, en un paseo tranquilo. Si va bien aumenta el tiempo, si no, ajusta. Ensayo y error. Tu cuerpo manda.
Tercero. Pasa tiempo descalzo. Todo el que pueda y más. No hay mejor ejercicio y mejor terapia para tus pies. Pero como antes, ajusta. Ensayo y error. Tu cuerpo manda.
Pero bueno, la llamada quedó ahí, sin más.
Y ahora viene lo curioso.
Dos años más tarde entra el mismo cliente y dice:
Quiero la misma marca que me llevé, pero en bota para el frío.
Y antes de que yo pudiera decir nada, empieza a contarme lo que había pasado.
Resulta que cuando se compró las zapatillas barefoot las combinó durante un tiempo con las plantillas.
Y luego empezó a probar sin ellas en casa.
Poco a poco.
Sin prisa.
¿El resultado?
Que un día se dio cuenta de que no le dolía nada.
Y al siguiente, tampoco.
Y que cuando usaba las plantillas parecía que sí le dolía.
Cogió los dos pares, las juntó con una gomilla y las dejó en una estantería.
Y ahí siguen dos años después. Sin usar.
Dice que los dolores le han desaparecido “de una manera increible”.
Que no se lo explica, pero que es así.
Pero tiene todo el sentido del mundo.
Cuando permites que tu pie haga lo que está diseñado para hacer, pasan cosas.
Cosas buenas y lógicas.
No es magia, es sentido común.
No siempre es inmediato, pero muy pocas veces falla.
Yavestruz.
Poseso, si estás en una situación parecida…
Si usas plantillas.
Si llevas años con molestias.
Si tienes un cajón lleno de remedios que no resuelve nada…
Empieza por lo básico:
Ponle a tus pies un calzado donde puedan hacer su trabajo.
Y si quieres hacerlo con una bota para tu día a día, cómoda, caliente, flexible y pensada para que tu pie recupere su función natural, mira esta de Mustang:
Pruébalas. Dales unos días y me cuentas.
Efectiviwonder
La salud empieza en tus pies.
Antonio Caballo.
Pd.
Pd. Este año el Black Friday empieza el lunes.
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